sábado, 13 de abril de 2019

Obediente hasta la muerte


«El cual siendo de condición divina, 
no retuvo ávidamente el ser igual a Dios; 
al contrario, se despojó de sí mismo tomando la condición de esclavo, 
hecho semejante a los hombres. 
Y así, reconocido como hombre por su presencia, se humilló a sí mismo, 
hecho obediente hasta la muerte, y una muerte de cruz» (Flp 2, 6-8).

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