viernes, 20 de abril de 2018

Me has enseñado senderos de Vida


Saulo se levantó del suelo, y, aunque tenía los ojos abiertos,
no veía nada. Lo llevaron de la mano hasta Damasco. 
Allí estuvo tres días ciego, son comer ni beber. (...)
Salió Ananías, entró en la casa, le impuso las manos y dijo:
«Hermano Saulo, el Señor Jesús, que se te apareció cuando venías por el camino,
me ha enviado para que recobres la vista y seas lleno de Espíritu Santo».
Inmediatamente se le cayeron de los ojos una especie de escamas,
y recobró la vista. Se levantó y fue bautizado.

Lecturas del día: (Hech 9, 1-20) (Sal 116, 1-2) (Jn 6, 52-59)

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