sábado, 29 de enero de 2022

El susurro de una brisa suave


 Dejando a la gente, se llevaron en barca, como estaba; otras barcas lo acompañaban.
Se levantó una fuerte tempestad y 
las olas rompían contra la barca hasta casi llenarla de agua.
Él estaba en la popa, dormido sobre el cabezal. Lo despertaron, diciéndole:
«Maestro, ¿no te importa que perezcamos?.
Se puso en pie, increpó al viento y dijo al mar:
«¡Silencio, enmudece!».
El viento cesó y vino una gran calma.
Él les dijo:
«¿Por qué tenéis miedo? ¿Aún no tenéis fe?».
 
Lecturas del día: (2 Sam 12, 1-7a. 10-17) (Sal 50, 12-17) (Mc 4, 35-41)

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