miércoles, 31 de marzo de 2021

Reconciliaos con Dios


 «El Señor Dios me ha dado una lengua de discípulo; 
para saber decir al abatido una palabra de aliento.
Cada mañana me espabila el oído,
para que escuche como los discípulos.
El Señor Dios me abrío el oído; yo no resistí ni me eché atrás.
Ofrecí la espalda a los que me golpeaban,
las mejillas a los que mesaban mi barba;
no escondí el rostro ante ultrajes y salivazos.
El Señor Dios me ayuda, por eso no sentía los ultrjes;
por eso endurecí el rostro como pedernal, sabiendo que no quedaría defraudado.
Mi defensor está cerca, ¿quién pleiteará contra mí?
Comparezcamos juntos, ¿quién me acusará? Que se acerque.
Mirad, el Señor Dios me ayuda».

Lecturas del día: (Is 50, 4-9a) (Sal 68, 8-10. 21-22. 31. 33-34) (Mt 26,14-25)

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