jueves, 6 de agosto de 2020
¡¡ Bendecid !!
Pues no nos fundábamos en fábulas fantasiosas cuando os dimos a conocer
el poder y la venida de nuestro Señor Jesucristo,
sino en que habíamos sido testigos oculares de su grandeza.
Porque él recibió de Dios Padre honor y gloria
cuando desde la sublime Gloria se le transmitio aquella voz:
«Este es mi Hijo amado, en quien me he complacido».
Y esta misma voz, transmitida desde el cielo,
es la que nosotros oímos estando con él en la montaña sagrada.
Así tenemos más confirmada la palabra profética
y hacéis muy bien en prestarle atención como a una lámpara
que brilla en un lugar oscuro hasta que
despunte el día y el lucero amanezca en vuestros corazones».
Lecturas del día: (2 Pe 1, 16-19) (Sal 96, 1-2. 5-6. 9) (Mt 17, 1-9)
0 comentarios:
Publicar un comentario