jueves, 16 de enero de 2020

Alabad a Dios por siempre


Se le acerca un leproso, suplicándole de rodillas:
«Si quieres, puedes limpiarme».
Compadecido, extendió la mano y lo tocó diciendo:
«Quiero: queda limpio».
La lepra se le quitó inmediatamente y quedó limpio.

Lecturas del día: (1 Sam 4, 1b-11) (Sal 43, 10-11. 14-15. 24-25) (Mc 1, 40-45)

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