viernes, 15 de febrero de 2019

¡Mi Amado! Vedlo


Le presentaron un sordo, que además, apenas podía hablar;
y le piden que le imponga la mano.
Él apartándolo de la gente, a solas, le metió los dedos en los oídos
y con la saliva le tocó la lengua.
Y mirando al cielo, suspiró y le dijo:
«Effetá» (esto es, «ábrete»).
Y al momento se le abrieron los oídos, 
se le soltó la traba de la lengua y hablaba correctamente.

Lecturas del día: (Gén 3, 1-8) (Sal 31, 1-7) (Mc 7, 31-37)

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