martes, 23 de mayo de 2017

Eterno es su Amor


A eso de media noche, Pablo y Silas estaban cantando himnos a Dios.
Los presos los escuchaban. De repente, vino un terremoto tan violento 
que temblaron los cimientos de la cárcel.
Al momento se abrieron todas las puertas, y a todos se les soltaron las cadenas.
El carcelero se despertó y, al ver las puertas de la cárcel de par en par,
sacó la espada para suicidarse, imaginando que los presos se habían fugado.
Pero Pablo lo llamó a gritos, diciendo:
«No te hagas daño alguno, que estamos todos aquí». (...)
«Señores, ¿qué tengo que hacer para salvarme?». Le contestarón:
«Cree en el Señor Jesús y te salvarás tú y tu familia»
Y le explicaron la palabra del Señor, a él y todos los de su casa. 

Lecturas del día: (Hech 16, 22-34) (Sal 137, 1-3. 7-8) (Jn 16, 5-11)

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