martes, 30 de agosto de 2016

No hay nadie bueno más que Dios


Pero nosotros hemos recibido un Espíritu que no es del mundo;
es el Espíritu que viene de Dios, para que conozcamos los dones
que de Dios recibimos. Cuando explicamos verdades espirituales a hombres de espíritu,
no las exponemos en el lenguaje que enseña el saber humano, 
sino en el que enseña el Espíritu.
Pues el hombre natural no capta lo que es propio del Espíritu de Dios,
le parece una necedad; no es capaz de percibirlo,
porque solo se puede juzgar con el criterio del Espíritu.
En cambio, el hombre espiritual lo juzga todo,
mientras que él no está sujeto al jucio de nadie.
«¿Quién ha conocido la mente del Señor para poder instruirlo?».
Pues bien, nosotros tenemos la mente de Cristo.
 
Lecturas del día: (1 Cor 2, 10b-16) (Sal 144, 8-14) (Lc 4, 31-37)

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