lunes, 8 de julio de 2013
Tu PALABRA es LUZ
Entre tanto, una mujer que sufría flujos de sangre
desde hacía doce años, se le acercó por detrás y le tocó la orla del manto,
pensando que con solo tocarle el manto se curaría.
Jesús se volvió y al verla le dijo:
"¡Ánimo, hija! Tu fe te ha salvado".
del Evangelio del día (Mt 9, 18-26)
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