sábado, 18 de mayo de 2013
ESPÍRITU SANTO ¡Viento! ¡Fuego! ¡Agua! ¡¡VIDA!!
"Vamos a construir una ciudad y una torre que alcance el cielo,
para hacernos un nombre,
no sea que nos dispersemos por la superficie de la tierra" (...)
"El Señor los disperso de allí por la superficie de la tierra
y cesaron de construir la ciudad".
(Gén 11, 1-9)
"Moisés sacó al pueblo del campamento, al pie de la montaña.
La montaña del Sinaí humeaba, porque el Señor
había descendido sobre ella en medio del fuego.
Su humo se elevaba como el de un horno
y toda la montaña temblaba con violencia."
(Éx 19, 3-8a, 16-20b)
"Hijo de hombre: ¿Podrán revivir estos huesos?"
Yo respondí: "Señor, Dios mío, tú lo sabes".
Él me dijo: "Pronuncia un oráculo sobre estos huesos y diles:
'¡Huesos secos, escuchad la palabra del Señor!
Esto dice el Señor Dios a estos huesos:
Yo mismo infundiré espíritu sobre vosotros y viviréis.
Pondré sobre vosotros los tendones, haré crecer la carne,
extenderé sobre ella la piel, os infundiré espíritu y viviréis.
Y comprenderéis que yo soy el Señor'".
Yo profeticé como me había ordenado, y mientras hablaba se oyó
un estruendo y los huesos se unieron entre sí.
Vi sobre ellos los tendones, la carne había crecido
y la piel la recubría; pero no tenía espíritu. Entonces me dijo:
"Conjura al espíritu, conjúralo, hijo de hombre, y di al espíritu:
'Esto dice el Señor Dios: Ven de los cuatro vientos, espíritu,
y sopla sobre estos muertos para que vivan'".
Yo profeticé como me había ordenado;
vino sobre ellos el espíritu y revivieron y se pusieron en pie.
Era una multitud innumerable.
Y me dijo: "Hijo de hombre, estos huesos son la entera casa de Israel,
que dice: 'Se han secado nuestros huesos,
se ha desvanecido nuestra esperanza, ha perecido, estamos perdidos'.
Por eso profetiza y diles: 'Esto dice el Señor Dios:
Yo mismo abriré vuestros sepulcros y os sacaré de ellos,
pueblo mío, y os llevaré a la tierra de Israel.
Y cuando abra vuestros sepulcros y os saque de ellos, pueblo mío,
comprenderéis que soy el Señor. Pondré mi espíritu en vosotros y viviréis;
os estableceré en vuestra tierra y comprenderéis que yo,
el Señor, lo digo y los hago' -oráculo del Señor-"
(Ez 37, 1-14)
"Después de todo esto, derramaré mi espíritu sobre toda carne,
vuestros hijos e hijas profetizarán, vuestros ancianos tendrán sueños
y vuestros jóvenes verán visiones". (...)
Y todo el que invoque el nombre del Señor se salvará".
(Jl 3, 1-5)
VIGILIA DE PENTECOSTÉS
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