viernes, 28 de diciembre de 2012

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265  ¿Todas las personas están llamadas al matrimonio?
No todo el mundo está llamado al matrimonio. A algunas personas
Jesús les muestra un camino particular; les invita a vivir renunciando
al matrimonio “por el reino de los cielos” (Mt 19, 12).
También las personas que viven solas por otros distintos motivos
pueden tener una vida plena.

No pocas veces Jesús llama a lagunas personas también
a una cercanía especial con él. Éste es el caso cuando experimentan
en su interior el deseo de renunciar al matrimonio
“por el reino de los cielos”. Esta vocación no supone nunca
un desprecio del matrimonio o de la sexualidad. El celibato voluntario
sólo puede ser vivido en el amor y por el amor,
como un signo poderoso de que Dios es más importante
que cualquier otra cosa. El célibe renuncia a la relación sexual,
pero no al amor; sale anhelante al encuentro de Cristo,
el esposo que viene (Mt 25, 6). Muchas personas que viven solas
por otros distintos motivos sufren por su soledad, la experimentan
únicamente como carencia y desventaja. Pero una persona
que no tiene que preocuparse de una pareja o de una familia,
disfruta también de libertad e independencia y tiene tiempo de hacer
cosas importantes y llenas de sentido para las que no tendría tiempo
una persona casada. Quizás sea voluntad de Dios que se ocupe
de personas por las que nadie más se preocupa.
Foto: Miguel Castaño

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