domingo, 7 de octubre de 2012

~ YOUCAT ~



189 ¿Cómo marca la Liturgia los espacios en los que vivimos?
Con su victoria, Cristo ha penetrado todos los espacios del mundo.
Él mismo es el verdadero templo, y la adoración a Dios
“en espíritu y en verdad” (Jn 4, 24) no está sujeta ya
a ningún lugar especial. Sin embargo, el mundo cristiano
está lleno de iglesias y signos sagrados porque las personas
necesitan lugares concretos para encontrarse y signos
para recordar la nueva realidad. Cada iglesia es un símbolo
de la casa celestial del Padre hacia la cual estamos en camino.

Ciertamente se puede rezar en cualquier lugar: en el bosque,
en la playa, en la cama. Pero dado que los hombres no somos
únicamente espirituales, sino que tenemos un cuerpo,
tenemos que vernos, oírnos y sentirnos.
Necesitamos tener un lugar concreto  cuando queremos
encontrarnos para ser “Cuerpo de Cristo”; necesitamos arrodillarnos,
cuando queremos adorar a Dios; necesitamos comer el pan eucarístico
allí donde es ofrecido; debemos ponernos físicamente en movimiento
cuando Él nos llama. Un crucero en el camino nos recuerda a quien
pertenece el mundo y hacia dónde se dirigen nuestros pasos.

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