miércoles, 17 de octubre de 2012
~YOUCAT ~
197 ¿Por qué mantiene la Iglesia la práctica del Bautismo
de niños?
La Iglesia
mantiene desde tiempos inmemoriales el Bautismo
de los niños. Para
ello hay una única razón: antes de que nosotros
optemos por Dios,
Dios ya ha optado por nosotros.
El Bautismo es,
por tanto, una gracia, un regalo inmerecido de Dios,
que nos acepta incondicionalmente.
Los padres creyentes que quieren
lo mejor para su
hijo, quieren también el Bautismo,
en el cual el niño
es arrancado del influjo del pecado original
y del poder de la
muerte.
El Bautismo de los niños supone que los padres cristianos
educan
al niño bautizado en la fe. Es una injusticia privar al
niño del Bautismo
por una liberalidad mal entendida. Lo mismo que no se
puede privar
al niño del amor, para que después pueda él mismo
decidirse por el amor,
sería una injusticia si los padres creyentes privaran a
su hijo
de la gracia de Dios recibida en el Bautismo. Así como
todo ser humano
nace con la capacidad de hablar, pero debe aprender a
hablar,
igualmente todo hombre nace con la capacidad de creer,
pero debe aprender a conocer la fe. No obstante, no se
puede imponer
el Bautismo a nadie. Si se recibe el Bautismo de niño,
hay que “ratificarlo” después personalmente a lo largo de
la vida;
es decir, hay que decir “sí” al Bautismo para que éste dé
fruto.
Foto: Miguel Castaño

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