domingo, 18 de septiembre de 2011
~ La PALABRA es OBRA DIARIA ~
“En efecto, el Reino de los Cielos es semejante a un propietario
que salió a primera hora de la mañana a contratar obreros para su viña.
Habiéndose ajustado con los obreros en un denario al día,
los envió a su viña. Salió luego hacia la hora de tercia y al ver a otros
que estaban en la plaza parados, les dijo ‘Id también vosotros a mi viña,
y os daré lo que sea justo’. Y ellos fueron. Volvió a salir a la hora de sexta
y a la nona e hizo los mismo. Todavía salió a la hora undécima y,
al encontrar a otros que estaban allí, les dice: ¿Por qué estáis aquí todo
el día parados? Dícenle: ‘Es que nadie nos ha contratado’. Díceles:
‘Id también vosotros a la viña’. Al atardecer, dice el dueño de la viña
a su administrador. ‘Llama a los obreros y págales el jornal,
empezando por los últimos hasta los primeros’.
Vinieron, pues, los de la hora undécima y cobraron un denario cada uno.
Al venir los primeros pensaron que cobrarían más, pero ellos también cobraron
un denario cada uno. Y al cobrarlo murmuraban contra el propietario, diciendo.
‘Estos últimos no han trabajado más que una hora, y les pagas como
a nosotros, que hemos aguantado el peso del día y del calor.
Pero él contestó a uno de ellos: ‘Amigo no te hago ninguna injusticia.
¿No te ajustaste conmigo en un denario? Pues toma lo tuyo y vete.
Por mi parte, quiero dar a este último lo mismo que a ti.
¿Es que no puedo hacer con lo mío lo que quiero?
¿O va ser tu ojo malo porque yo soy bueno?
Así, los últimos serán primeros y los primeros, últimos”.
del Evangelio del día (Mt 20, 1-16)
XXV DOMINGO DEL TIEMPO ORDINARIO

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