jueves, 20 de septiembre de 2018
Tened un mismo sentir
«Una mujer (...) vino trayendo un frasco de alabastro lleno de perfume y,
colocándose detrás junto a sus pies, llorando,
se puso a regarle los pies con las lágrimas,
se los enjugaba con los cabellos de su cabeza,
los cubría de besos y se los ungía con el perfume. (...).
¿Ves a esta mujer?
He entrado en tu casa y no me has dado agua para los pies; ella en cambio,
me ha regado los pies con sus lágrimas y me los ha enjugado con sus cabellos.
Tú no me diste el beso de la paz; ella, en cambio,
desde que entré, no ha dejado de besarme los pies.
Tú no me ungiste la cabeza con ungüento;
ella, en cambio, me ha ungido los pies con perfume.
Por eso te digo; sus muchos pecados han quedado perdonados,
porque ha amado mucho, pero al que poco se le perdona, ama poco.
Él le dijo a la mujer: "Tu fe te ha salvado, vete en paz"».
Lecturas del día: (1 Cor 15, 1-11) (Sal 117, 1-2. 16-17. 28) (Lc 7, 36-50)
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