Cristo, sendero de Vida

«¡Santo, santo, santo es el Señor del universo,

llena está la tierra de su gloria!».

Yo dije:

«¡Ay de mí, estoy perdido! Yo, hombre de labios impuros, 

he visto con  mis ojos al Rey, Señor del universo».

Uno de los seres de fuego voló hacia mí con un ascua en la mano,

que había tomado del altar con unas tenazas;

«Al tocar esto tus labios, ha desaparecido tu culpa,  está  perdonado tu pecado». 

Entonces escuché la voz del Señor, que decía:

¿A quién enviaré? ¿Quién irá por nosotros?».

Contesté:

«Aquí estoy, mándame».

Lecturas del día: (Is 6, 1-8) (Sal 92, 1-2. 5) (Mt 10, 24-33)