martes, 7 de diciembre de 2021
El Espíritu y la esposa dicen: ¡Ven!
«Consolad, consolad a mi pueblo -dice vuestro Dios-».
Una voz grita:
«En el desierto preparadle un camino al Señor;
allanad en la estepa una calzada para nuestro Dios;
que los valles se levanten, que montes y colinas se abajen,
que lo torcido se enderece y lo escabroso se iguale».
Dice una voz: «Grita». Respondo:
«¿Qué debo gritar?».
«Toda carne es hierba y su belleza como flor campestre:
se agosta la hierba, se marchita la flor,
cuando el aliento del Señor sopla sobre ellos;
sí la hierba es el pueblo; se agosta la hierba, se marchita la flor,
pero la Palabra de nuestro permanece para siempre».
Súbete a un monte elevado, heraldo de Sión, alza fuerte la voz, heraldo de Jerusalén;
alzala, no temas, di a las ciudades de Judá:
«Aquí está vuestro Dios .
Mirad, el Señor Dios llega con poder y con su brazo manda.
Mirad, con él su salario y su recompensa lo precede.
Como un pastor que apacienta el rebaño,
reúne con su brazo los corderos y los lleva sobre el pecho;
cuida él mismo a las ovejas que crían».
Lecturas del día: (Is 40, 1-11) (Sal 95, 1-3. 10ac. 11-13) (Mt 18, 12-14)
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