viernes, 12 de febrero de 2021
Él lo es todo
La serpiente era más astuta que las demás bestias del campo que el Señor había hecho.
Y dijo a la mujer:
«¿Conque Dios os ha dicho que no comáis de ningún árbol del jardín?».
La mujer contestó a la serpiente:
«Podemos comer los frutos de los árboles del jardín;
pero del fruto del árbol que esta en mitad del jardín nos ha dicho Dios:
"No comáis de él ni lo toqueis, de lo contrario moriréis"».
La serpiente replicó a la mujer:
«No, no moriréis; es que Dios sabe que el día en que comáis de él,
se os abrirán los ojos, y seréis como Dios en el conocimiento del bien y el mal».
Entonces la mujer se dio cuenta de que el árbol era bueno de comer,
atrayente a los ojos y deseable para lograr inteligencia;
así que tomó de su fruto y comió.
Luego se lo dio a su marido, que también comió.
Se les abrieron los ojos a los dos y descubrieron que estaban desnudos;
y entrelazaron hojas de higuera y se las ciñeron.
Cuando oyeron la voz del Señor Dios que se paseaba por el jardín a la hora de la brisa,
Adán y su mujer se escondieron de la vista del Señor Dios entre los árboles del jardín.
El Señor Dios llamó a Adán y le dijo:
«¿Dónde estás?».
Lecturas del día: (Gén 3, 1-8) (Sal 31, 1b-2. 5-7) (Mc 7, 31-37)
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