lunes, 12 de febrero de 2018
Tú eres mi hijo
«Considerad, hermanos míos, un gran gozo cuando
os veáis rodeados de toda clase de pruebas,
sabiendo que la autenticidad de vuestra fe produce paciencia.
Pero que la paciencia lleve consigo una obra perfecta,
para que seáis perfectos e integros. (...)
Y si alguno de vosotros carece de sabiduría, pídasela a Dios,
que da a todos generosamente y sin reproche alguno, y él se la concederá.
Pero que pida con fe, sin titubear nada, pues el que titubea
se parece a una ola del mar agitada y sacudida por el viento.
No se crea un individuo así que va a recibir algo del Señor;
es un hombre inconstante, indeciso en todos sus caminos».
Lecturas del día: (Sant 1, 1-11) (Sal 118, 67-68. 71-72. 75-76) (Mc 8, 11-13)
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