sábado, 9 de abril de 2016

El sepulcro vacío


Al oscurecer los descípulos de Jesús bajaron al mar,
embarcaron y empezaron la travesía hacia Cafarnaún.
Eran ya noche cerrada, y tadavía Jesús no los había alcanzado,
soplaba un viento fuerte, y el lago se iba encrespando.
Habían remado unos veinticinco o treinta estadios, 
cuando vieron a Jesús que se acercaba a la barca, 
caminando sobre el mar, y se asustaron. Pero él les dijo:
«Soy yo, no temáis».

Lecturas del día: (Hech 6, 1-7) (Sal 32, 1-5. 18-19) (Jn 6, 16-21)

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