miércoles, 26 de diciembre de 2012
LUZ de LUZ
Pero él, lleno del Espíritu Santo, miró fijamente al
cielo,
vio la gloria de Dios y a Jesús de pie a la diestra de
Dios; y dijo:
“Estoy viendo los cielos abiertos y al Hijo del hombre
de pie a la diestra de Dios”. (…)
Mientras le apedreaban, Esteban hacía esta invocación;
“Señor Jesús, recibe mi espíritu”.
Después dobló las rodillas y dijo con fuerte voz:
“Señor, no tengas en cuenta este pecado”.
Y diciendo esto, se durmió.
de las Lecturas de la Misa (6, 8-10, 7, 54-60)
SAN ESTEBAN
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