lunes, 10 de diciembre de 2012
La SALVACIÓN de DIOS
“Que el desierto y el sequedal se alegren,
regocíjese la estepa y florezca como flor estalle en flor
y se regocije
hasta lanzar gritos de júbilo.
La gloria del Líbano le ha sido dada, el esplendor del
Carmelo y del Sarón.
Se verá la gloria del Señor, el esplendor de nuestro Dios.
Fortaleced las manos débiles, afianzad las rodillas
vacilantes.
Decid a los de corazón intranquilo:
¡Ánimo, no temáis! (…)
El vendrá y os salvará. (…)
Los redimidos del Señor volverán, entrarán en Sión entre
aclamaciones,
y habrá alegría eterna sobre sus cabezas.
¡Regocijo y alegría les acompañarán!
¡Adiós, penar y suspiros!”
de las Lecturas de la Misa (Is 35, 1-10)
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