enseñando en sus sinagogas, proclamando la Buena Nueva del Reino
y sanando toda enfermedad y toda dolencia.
Y al ver a la muchedumbre, sintió compasión de ella,
porque estaban vejados y abatidos como ovejas
que no tienen pastor. Entonces dice a sus discípulos:
“La mies es mucha y los obreros pocos.
Rogad, pues al Dueño de la mies que envíe obreros a su mies.” (…)
“No toméis camino de gentiles ni entréis en ciudad de samaritanos,
dirigíos más bien a las ovejas perdidas de la casa de Israel.
Yendo proclamad que el Reino de los Cielos está cerca.
Curad enfermos, resucitad muertos,
purificad leprosos, expulsad demonios.
Gratis lo recibisteis; dadlo gratis.”
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