jueves, 31 de mayo de 2018

Tened un mismo sentir


En aquellos mismos días, María se levantó y se puso en camino de prisa
hacia la montaña, a una ciudad de Judá;
entró en la casa de Zacarías y saludó a Isabel.
Aconteció que, en cuanto Isabel oyó el saludo de María,
saltó la criatura en su vientre. Se llenó Isabel del Espíritu Santo y,
levantando la voz, exclamó: 
«¡Bendita tú entre las mujeres, y bendito el fruto de tu vientre! 
¿Quién soy yo para que me visite la madre de mi Señor?
Pues, en cuanto tu saludo llegó a mis oídos, 
la criatura saltó de alegría en mi vientre.
Bienaventurada la que ha creído, porque lo que le ha dicho el Señor se cumplirá».

Lecturas del día: (Sof 3, 14-18) (Is 12, 2-6) (Lc 1, 39-56)
FIESTA DE LA VISITACIÓN DE LA BIENAVENTURADA VIRGEN MARÍA

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